Continúan las malas noticias para el progresismo ideológico en EE. UU. Elon Musk, el flamante jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha aseverado que, si no se reduce el gasto, EE. UU. podría irse a la quiebra. Por esta razón, han decidido dar un certero golpe a la burocracia, obligando a las agencias federales a trabajar de la mano con el DOGE.

Recordemos que, solo en los primeros días de gobierno, Trump anunció el cese de financiamiento por parte de USAID a actividades y entidades que promueven el aborto, la ideología de género y demás desvaríos del progresismo. El director encargado de USAID ya ha ratificado que el 80 % de la “ayuda social” iba al pago de planillas y solo el 20 % llegaba realmente a manos de la gente necesitada. Así que la implementación de esta política de eficiencia y transparencia en el uso de los recursos tiene para rato.

La denuncia pública que se hizo en redes y por parte de los medios de comunicación antiprogresistas respecto al financiamiento de USAID en el Perú no ha dado tregua a la mafia mediática caviar. Tampoco han tenido tregua las ONG de ideología de género tipo Manuela Ramos, que pretende negar evidencias de financiamiento que constan en documento cierto de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI).

El cargamontón mediático orquestado por la mafia caviar, sin duda, ha perdido fuerza. La reducción de la publicidad estatal y el caso USAID los ha debilitado. El próximo golpe que se les viene es la Ley de Fiscalización de ONG, y lo saben, por eso están tan desesperados. Su única esperanza es recuperar el poder en 2026, y para esto van a ir con todo.

De hecho, sus alfiles ya empezaron a atacar a los sonados candidatos que no son de su argolla. Y como yo tampoco lo soy, la líder de PROMSEX, Susana Chávez, afirma que mi objetivo al pedir que se conforme una comisión investigadora por el tema de USAID es estigmatizar a las ONG porque mi agenda es antigénero.
Mi posición sobre el género siempre ha sido clara y pública, y en otra columna pasada ya he mencionado sin titubeos que: “Género es corrupción”. Porque, ¿a quién favorece el financiamiento extranjero que las ONG reciben? ¿A los niños? ¿Con ese cómic de confusión sexual en la Biblioteca Nacional del Perú, a un costo de más de 30 mil dólares? ¡No!

Sin embargo, lo que quiero también es que las ONG hagan lo que todas las organizaciones en este país hacen: rendir cuentas de sus ingresos y transparentar sus gastos. Pero andan muy nerviosas. ¿A qué le temen? ¿Hay algo que no quieren que se sepa?

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Columnista - Autor
Alejandro Muñante Barrios

Congresista de la República. Defensor a ultranza de la vida, la familia, la patria y la libertad. Somos #BancadaCeleste

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