El pasado 20 de agosto se publicó en El Peruano la Ley N.° 32426, que incorpora el Enfoque Transversal de Familia en las políticas públicas, iniciativa de la congresista Milagros Aguayo, a quien saludamos y apoyamos desde el inicio en la materialización de este gran objetivo.
Hoy el Perú ya cuenta con una nueva política de Estado: la promoción del ansiado Enfoque de Familia.
Quizá usted se pregunte: ¿qué tiene de nuevo esta ley, si la Constitución ya contempla en su artículo 4 que el Estado debe proteger la familia y promover el matrimonio? Sí, es cierto, pero también lo es que antes de esta ley no existía ninguna política de Estado que impulse esta protección contemplada en dicho artículo de la Constitución.
Por el contrario, en los últimos años ha primado la promoción del “Enfoque de Género” que, por cierto, no está previsto ni como concepto ni como herramienta de protección a la familia en nuestra Carta Magna. Es un enfoque completamente ideologizado que va en contra de la unidad familiar y persigue, a todas luces:
i) la destrucción de la familia;
ii) la destrucción de los niños;
iii) la separación de los hogares; y
iv) situar al hombre y a la mujer como rivales.
Esta consigna persistía hasta ahora en el Estado, con el despropósito del enfoque de género. No olvidemos que en 2018 el expresidente Vizcarra, hoy preso por presuntos actos de corrupción, borró de un plumazo la única ley que teníamos sobre fortalecimiento de la familia y propuso en su lugar el Decreto Legislativo N.° 1408, que hablaba sobre las “familias democráticas”, un concepto bastante ambiguo en el que supuestamente a la familia se le tenía que “democratizar”, entre otros desvaríos de dicha norma legal.
Sin embargo, ahora, gracias a esta ley que incorpora el enfoque de familia en las políticas públicas, se tendrán que promover normas que la fortalezcan y la unan, y no leyes que propicien su destrucción. Y es que la familia, como núcleo básico de la sociedad, no es algo que el Estado peruano se haya inventado; la familia preexistía antes del nacimiento del Estado, y lo que hace nuestra Constitución es reconocerla como fundamental y protegerla.
El Estado no tiene facultades para modificar el concepto de familia, ni para interpretarla, ni siquiera para redefinirla; y, en teoría, debe velar por ella y no obrar contra ella.
Por tanto, sigamos firmes defendiendo a la familia de ideologías nefastas como el enfoque de género, en especial estando cerca el mes de septiembre, en que, por virtud del Decreto Ley N.° 23466, dado en 1982, el Perú celebra con gran gozo a la institución natural más importante de todas.
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