La investidura del Consejo de Ministros es un mecanismo de control político reconocido en nuestro ordenamiento jurídico, función que el Parlamento está obligado por ley a ejercer en virtud de: 1) Su condición de Asamblea representativa de la nación (Art 93° Const), y 2) porque es precisamente la institución del control político la que permite limitar cualquier abuso de poder por parte del gobernante.

Si bien el Art 130° de nuestra Constitución señala que, mediante la cuestión de confianza, el Premier en compañía de los demás ministros acuden al Congreso para exponer y debatir la política general del gobierno y las principales medidas que requiere su gestión, esto no es óbice para que el Congreso como “locus democrático” de la nación por excelencia, abdique de su rol fiscalizador respecto a la idoneidad político-moral, y la vocación democrática de los ministros, rol que puede ser ejercido incluso antes de la investidura.

En ese orden de ideas, como representantes de la Nación hemos recogido el malestar de la gran mayoría de peruanos, respecto a la designación de Guido Bellido como presidente del Consejo de Ministros, así como la designación de otros ministros seriamente cuestionados, entre ellos: Héctor Béjar, Walter Ayala, Juan Carrasco, Íber Maraví, Anahí Durand, sin mencionar a los servidores públicos contratados sin reunir los requisitos para el cargo.

¿Podría entonces, calificarse como intromisión en otro poder del Estado, la posición de la bancada de Renovación Popular, tal como ha deslizado el primer ministro? ¡De ninguna manera! Es el Poder Ejecutivo –a través del Premier y sus ministros– quien le solicita la confianza al Congreso, y no al revés; y está claro que sobre intransigencias difícilmente puede haber consensos. Coincidimos con el Premier Guido Bellido en que debemos unir esfuerzos por el Perú; pero que esto no se traduzca en un diálogo efímero, un saludo a la bandera, un acuerdo trivial para la foto. Como representantes de la nación ¡Queremos dialogar sobre acciones concretas! Y para ello prevemos necesario concesiones recíprocas, gestos políticos que nos permitan no solo darle la confianza al gabinete, sino, ante todo, darle serenidad y estabilidad al país.

El Congreso está legitimado a ejercer mecanismos de control político, más aún si de la naturaleza bicéfala del Ejecutivo, no sabemos a ciencia cierta si quien gobierna realmente es el presidente electo y no el fundador de su partido. Como ya lo han mencionado, pareciera que una vacancia ya ha ocurrido, y es la de Pedro Castillo en manos de su socio, Vladimir Cerrón. No queremos restarle libertad de expresión a nadie, exigimos transparencia en las acciones del gobierno y una gestión sin prebendas. ¿No se preciaban en campaña de luchar contra la corrupción?

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Columnista - Autor
Alejandro Muñante Barrios

Congresista de la República. Defensor a ultranza de la vida, la familia, la patria y la libertad. Somos #BancadaCeleste

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