Por definición, la democracia es el sistema político del gobierno de los ciudadanos a través de la soberanía popular. El pueblo ejerce soberanía de manera directa o a través de sus representantes. Y por muchos años, destacados politólogos y también una mayoritaria parte de la población latinoamericana ha reflejado en encuestas de opinión, su preferencia por la democracia antes que cualquier otro sistema de gobierno. El pueblo reconoce que la democracia es un sistema imperfecto, con errores, pero aún así, lo considera la mejor alternativa frente a otros sistemas; y nuestro Parlamento, sin duda ha experimentado las sinuosidades de la vida republicana. Sin embargo, es momento de mirar hacia el futuro para construir una historia con unión y bajo el gran mandato de no defraudar la voluntad popular.
El Congreso de la República cumplió su Bicentenario, el pasado 20 de setiembre, en medio de diversas actividades festivas, entre ellas la ceremonia de “Acción de Gracias” que resaltó la importancia del rol y la labor del Parlamento en sus 200 años de existencia. Estamos hablando de la primera Asamblea de la Nación, la cual legisla, fiscaliza, ejerce control político, pero por, sobre todo, representa los más altos y nobles intereses del país.
Este mes de setiembre, también coincidentemente mes de la Familia y de la Biblia; desde el Parlamento, hemos renovado nuestro compromiso con la patria, para trabajar arduamente por los sueños de quienes depositaron su confianza en nosotros.
A mis colegas congresistas, funcionarios, servidores, ciudadanos todos, les digo con mucha fe, convicción y esperanza: ¡Celebremos la Democracia! ¡Celebremos los 200 años de nuestro Parlamento Soberano!
