La administración Trump sigue imparable en su misión de traerse abajo la agenda woke. A pocos días de haber asumido la presidencia por segunda vez, el presidente de los Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, sigue arremetiendo rápidamente contra el progresismo ideológico que impone políticas de Estado liberticidas.
En efecto, el presidente republicano no solo ha restablecido el principio de la existencia de solo dos géneros en su país: el masculino y el femenino, sino que ha firmado una orden ejecutiva que frena la mutilación química y quirúrgica de menores de edad por obra de la ideología de género. Asimismo, ha ordenado cortar el uso de fondos federales que financien o promuevan abortos y ha puesto en marcha el retiro de EE. UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, entre otras medidas igualmente acertadas.
Y es que la agenda woke, en lugar de tener por objetivo el progreso de las personas, ha puesto de moda, desde hace ya varios años, una cultura de muerte, de atentar contra la vida y, en esencia, la dignidad humana, teniendo como una de sus principales aristas a la ideología de género, respecto de lo cual Trump ha dicho que “es ciencia basura, y debe terminar”.
Dice el verso bíblico que por los frutos se conoce al árbol; y ciertamente el presidente no estaba bromeando. La cereza del pastel en estos días vino con el cierre de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID), propuesta hecha por el magnate Elon Musk (hoy jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE. UU.), que Trump ha aceptado gustoso.
Según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, esta institución destinó $32,000 para financiar un cómic transgénero en nuestro país, en detrimento de la integridad moral de nuestros niños. Asimismo, se sabe que USAID habría financiado conocidos medios de comunicación como “La Encerrona”, asociaciones pro ideología de género como “Manuela Ramos” y hasta entidades públicas como el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), entre otras organizaciones; situación que desde la Bancada de Renovación Popular ya hemos pedido que se investigue.
Es necesario, en el marco de la defensa de los intereses nacionales, conocer cuánto del financiamiento fue a parar a sus verdaderos propósitos, o si este financiamiento se direccionó para impulsar una agenda política-ideológica contraria a nuestra Constitución Política y a nuestra legislación vigente.
Por eso, esta moción 15809 —que propone la conformación de una Comisión Investigadora— arrojará datos sobre las organizaciones peruanas que fueron financiadas por USAID, e incluso sabremos si hay responsabilidades que sancionar por ley.
La basura debe terminar no solo en EE. UU., sino en el mundo entero. ¡Así sea!

No al blindaje oenegero
La Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) ha resuelto sancionar