El Pleno del Congreso de la República ha venido debatiendo importantes leyes de interés nacional. Sin embargo, no menos importante es debatir proyectos de ley de alto impacto social previo a las próximas elecciones. Uno de ellos es el Proyecto de Ley 3911/2022-CR de mi autoría, presentado con el objeto de fortalecer el Estado de derecho y el Orden Constitucional, así como garantizar la legitimidad e idoneidad en el ejercicio de la función pública y en postular a cargos de elección popular.
Esencialmente, este proyecto de ley impide que, sentenciados por terrorismo, sedición, traición a la patria, rebelión y otros delitos que alteran el orden constitucional, postulen a cargos de elección popular. El Congreso no puede quedarse de brazos cruzados frente a esta amenaza latente.
No obstante, han transcurrido ya 5 meses desde que el dictamen de este proyecto de ley —aunado a los de otros colegas Congresistas—, pasó a un estado de cuarto intermedio, y hasta el momento no se agenda en el Pleno del Congreso. No es posible que no se priorice un proyecto de ley tan importante. ¡La democracia se defiende!
Es relevante resaltar que esta propuesta no vulnera el derecho de rehabilitación del sentenciado, pues el impedimento aprobado considera un plazo de 10 años después de haber ocurrido este hecho. De esta forma, el Congreso corrige la sentencia del TC que dejó abierta la posibilidad de que personas que le han hecho tanto daño al país puedan ser candidatos a cargos públicos si fueron rehabilitados.
Estoy convencido de la probabilidad de que nefastos personajes que utilizaron la violencia y el terror como arma de presión política, continúen con sus consignas violentistas, ex post. Prevenir y estar alertas ante estos enemigos de la patria es un deber cívico para evitar que estas personas utilicen el concepto de democracia con el objetivo de hacerse del poder.
Es por eso que, insistiré como lo vengo haciendo, para que se priorice este dictamen de ley en la agenda del Pleno. La democracia no puede ser boba.
¡Después no digan que nadie hizo nada!*
Columna publicada en el Diario Expreso
