El artículo 18 de nuestra Constitución Política señala, respecto a la educación universitaria, que “el Estado garantiza la libertad de cátedra y rechaza la intolerancia”. Pero la violencia ejercida por un grupo de radicales el pasado martes 05 de junio en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, fue más bien todo lo contrario. A punta de arengas ofensivas, denigrantes y discriminatorias, este grupo de aproximadamente 40 violentistas que no representa a la mayoría de estudiantes de la Decana de América, ni a los 120 inscritos a nuestro evento, impidió la realización de la Conferencia Académica: “Influencia del Globalismo en la Concepción de Derechos Humanos”, a la que fui invitado a participar.
Tanto el suscrito, como las otras dos ponentes invitadas, junto a los asistentes, nos vimos obligados a lidiar con empujones, escupitajos y golpes provenientes de una turba que vociferaba en todo momento realmente un “discurso de odio” con frases irreproducibles en medio de actos de violencia, inadmisibles, sin sustento.
Frente a esta ofensiva por demás agresiva y hostil, hay que decir fuerte y claro: que vivimos en un Estado de Derecho, en donde se debe garantizar la libertad de pensamiento, la diversidad de ideas, pero está demostrado que la “no discriminación” y la “diversidad” está solo reservada para aquellos que comulgan con ideologías de izquierda, gente que por cierto hasta funge de catedrático (a) en la dichosa Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Impedir por la fuerza la libre difusión de ideas no es más que una muestra palpable de la intolerancia de los supuestamente más tolerantes, pues había feministas radicales, pro-lobby lgtbiq; y hasta pro-Palestina que nada tenían que ver con el objetivo de nuestro evento.
Finalmente, por respeto propio y a los asistentes, hemos tenido que postergar nuestra Conferencia, pero no piensen ni por un momento que estas tropelías de un sector minoritario, nos detiene. Antes, seguiremos firmes en la lucha contra la imposición del pensamiento único.
¡Viva la libertad!
Mano dura contra jueces y fiscales que liberan a delincuentes capturados en flagrancia
La inseguridad ciudadana presenta varios factores determinantes, uno de ellos