El pasado sábado 05 de noviembre, gran parte de la ciudadanía a nivel nacional hizo uso de su derecho legítimo a la protesta para manifestarse pacíficamente contra este gobierno, llamando a la reacción de los peruanos ante el aumento de indicios de corrupción que involucran a Castillo, y a su entorno cercano.
El lunes 07 de noviembre, conocimos que el Poder Judicial resolvió rechazar la tutela de derechos presentada por Castillo para intentar anular la denuncia constitucional presentada por la Fiscal de la Nación en su contra.
Asimismo, la subcomisión de Acusaciones Constitucionales reprogramará en breve la sesión en donde se sustentará el informe final de la denuncia presentada contra Pedro Castillo por traición a la patria.
Mientras tanto, a la fecha aumentan a 66 las firmas para la presentación de la moción de vacancia.
Como si fuera poco, líderes de prensa, de la clase política aun de la propia izquierda han rechazado públicamente las deleznables declaraciones del premier Torres a la periodista Sol Carreño, a quien pretendió descalificar con ataques personales por un reportaje sobre las carreteras en Huancavelica.
Esta coyuntura parece no haber caído nada bien al Ejecutivo. Le llueve sobre mojado, y por tanto no ha tenido mejor idea que presentar una cuestión de confianza a todas luces viciada de inconstitucionalidad e ilegalidad, debido a que persigue que el Congreso debata una iniciativa legislativa derogatoria de la Ley 31335 que desarrolla el ejercicio de la cuestión de confianza, Ley que fue aprobada por insistencia, y cuya constitucionalidad ha sido expresamente declarada por el Tribunal Constitucional. El titular del Legislativo, José Williams ya respondió que no resulta atendible el recurso, pero el premier insiste en su despropósito.
En ese contexto, se convocó para el jueves 10 de noviembre a la marcha llamada “Toma de Lima”, retirando el mismo día al Gral Arriola de la Jefatura de la Dirección contra el Terrorismo de la Policía – DIRCOTE, en donde cumplía un rol importante, incluso con capacitaciones en colegios sobre lo nefasto del terrorismo.
Esta marcha serviría para montar un show mediático con baño de popularidad a favor del mandatario; consigna que no ha ocurrido, porque nunca más permitiremos que se presente ni por asomo, un escenario como el de 2019, cuando Vizcarra cerró el foro de la democracia: el Congreso de la República.
Que la OEA vea cómo el Ejecutivo usa este agente distractivo como intento fallido de totalitarismo, faltando al Estado de Derecho, empleando esta treta solo para justificar la imposición de su agenda ideológica de Asamblea Constituyente, y demás.
Presenten cuestión de confianza para temas que benefician al país, no para lavarse la cara, pretendiendo burlar la ley, y la constitucionalidad de la misma ratificada por el TC.
Presidente, no nos distraiga, no pisaremos el palito. Ya aprendimos.
Fuente: Expreso
