En tiempos como este de relativismo moral, nuestra niñez se encuentra bajo ataque. Permitir a hombres ingresar a baños de niñas, o negarles el derecho de inscripción de nacionalidad por la obstinación de no declarar el nombre de la madre, son algunos ejemplos de cómo la corriente de la posverdad crece en desmedro de la razón, del sentido común, de los verdaderos derechos humanos.
Pero la niñez no solo es atacada con ideología de género, o el egoísmo de quitarles a los niños el derecho a tener un padre y una madre, sino que también existe una vil amenaza en nuestros países que merece toda nuestra atención, y es la trata de personas.
Precisamente, este 31 de agosto se estrena en salas de cine peruanas, la película “Sound of Freedom” que revelará el valiente testimonio de un hombre que lucha contra viento y marea contra la cruda realidad de niños abusados; maltratados física, sexual y psicológicamente. Pero esta obra no solo debe inspirarnos a tomar conciencia e indignarnos, sino sobre todo a abordar esta problemática y comprometernos a actuar desde la familia, y desde el aparato estatal para salvaguardar la integridad de los niños y adolescentes.
Según la PNP, en lo que va del año, en el Perú 23 menores de edad han sido víctimas de trata de personas en manos de estas redes criminales que lucran con la inocencia de los menores.
Por esta razón, el pasado martes 15 de agosto organicé desde mi despacho congresal la Conferencia Internacional: “Primera Plataforma de Acción contra la Trata de Personas”, con la participación del actor y productor Eduardo Verástegui (autor de la mencionada película), cuya fe lo llevó a mover montañas para gritarle al mundo que sí es posible escuchar un sonido de libertad.
Mientras haya gente dispuesta a hacer lo bueno, el mal perecerá. Como dijo Edmund Burke: “Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”. También dijo Juan, discípulo de Jesús: “La luz en las tinieblas resplandece, las tinieblas no prevalecieron contra ella”. Así sea.
¡Qué viva la vida!
¡Qué vivan los niños!
¡Qué viva el sonido de libertad!
Fuente: Diario Expreso
