Recientemente, el Pleno del Congreso de la República ha aprobado un dictamen que recoge mi proyecto de ley 6290, entre otras iniciativas. Esta ley es especialmente importante porque durante años, las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) han pretendido surtir efectos en nuestro país, bajo la excusa de que, supuestamente, la Corte IDH expide sus fallos conforme a lo establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los tratados internacionales en dicha materia, y que obligan al Perú. Sin embargo, esto no es así.
Desde hace algunos años, hemos visto que la Corte IDH se ha alejado bastante de la defensa de los derechos humanos primigenios consagrados en los tratados internacionales firmados por el Perú, para defender otra agenda que evidentemente es la del progresismo, conocida por su ideología de género; indigenismo a ultranza; aborto; eutanasia; matrimonio homosexual, entre otros desvaríos que no pueden ser catalogados como “derechos humanos”.
Siendo así, la aprobación de esta ley marca un antes y un después en el amparo de nuestra soberanía nacional, dejando un claro ejemplo a toda la región americana. Y es que se ha logrado modificar el artículo VIII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional para poner fin a la sumisión de nuestro Estado a los fallos de la Corte IDH en los procesos en los cuales el Perú no ha sido parte.
De manera que se prohíbe por ley el condicionamiento a las decisiones judiciales de nuestro sistema de justicia interno. Los jueces estarán facultados para interpretar los derechos constitucionales de conformidad solo con los Tratados de Derechos Humanos y las sentencias internacionales en los que el Perú sea parte. Además, se le da al juez la potestad de preferir —en caso de conflicto entre una moral convencional y una constitucional; o una decisión internacional con otra del Tribunal Constitucional— lo que más favorezca a la persona y a sus derechos humanos.
Con esta histórica decisión, asestamos un duro golpe a aquellos que pretenden doblegar la moral de nuestra nación a las ideologías de turno. Reafirmamos nuestra soberanía política y jurídica en la defensa de los derechos de todos los peruanos, frente a cualquier injerencia extranjera.
No más arbitrarias injerencias internacionales. ¡Más soberanía!
Fuente: Expreso
