El “primer gobierno de izquierda” a 8 meses de su gestión, ha producido en el país mas bien un desgobierno, en donde reina el caos y la escasez. Al paro de transportistas, iniciado el 28 de marzo, se añadieron agricultores, y la sociedad civil en general, reclamando durante las protestas, por el alza del precio del combustible, que, entre sus consecuencias, genera un impacto muy negativo en la canasta familiar.

Lo más lamentable, es que, en el estallido de estas protestas, seis personas han perdido la vida: Cuatro en Junín, uno en Ica, uno en Huánuco. Sin duda, la situación es más complicada que la suscitada en noviembre de 2020, cuando los jóvenes Inti y Bryan fallecieron en el contexto de las marchas iniciadas por ciudadanos que exigían la renuncia del entonces presidente Manuel Merino De Lama. Con el saldo de dos personas fallecidas durante las protestas, y para evitar la agudización de la crisis, el expresidente Merino renunció a los seis días de su mandato.

Sin embargo, el actual presidente Castillo, por el contrario, se rehúsa a renunciar, pese a la persistencia de los reclamos en calles y plazas públicas. A esta atmósfera de crispación se añadió como detonante la expedición (en Edición Extraordinaria) del Decreto Supremo N° 034-2022-PCM, mediante el cual se dispuso casi a la medianoche, el toque de queda para Lima y Callao para el día martes 05 de abril, medida de la que muchos se enteraron recién el mismo día, cuando salían muy temprano a trabajar. Se trató de un Decreto Supremo sin mayor sustento de hecho, ni jurídico, que perjudicaría especialmente a muchos peruanos que viven de su ganancia del día a día.

Fue una norma tan desproporcionada que la población salió enardecida a marchar, y al presidente no le quedó más que recular, en plena reunión de Mesa de Trabajo, en el Congreso con presencia de sus ministros; la presidenta del Congreso y parlamentarios representantes de diversos grupos parlamentarios. Aunque, por cierto, dicha derogación nunca fue publicada.

Resulta evidente la incapacidad del actual presidente, que llegó al poder ensalzando el discurso marxista de ricos contra pobres, y el slogan populista: “No más pobres en un país rico”. Hoy, desde el propio corazón de Junín, cuna de Perú Libre, le exigen su renuncia.

Si así es un gobierno de izquierda socialista en tan poco tiempo, no quisiéramos imaginar lo que sucedería en un escenario de pugna por “Nueva Constitución”. Es tiempo de defenestrar completamente estas nefastas ideas que han llevado a pueblos enteros a la miseria. ¡Aún estamos a tiempo!

Presidente por amor al país ¡Renuncie, ya!

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Columnista - Autor
Alejandro Muñante Barrios

Congresista de la República. Defensor a ultranza de la vida, la familia, la patria y la libertad. Somos #BancadaCeleste

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