Esta semana en una entrevista para la cadena CNN, el presidente Pedro Castillo, declaró su intención de llevar a cabo una consulta popular para que el pueblo decida si se le debe otorgar a Bolivia una salida soberana al mar por nuestro territorio, luego de admitir que en un evento en Bolivia había realizado declaraciones a favor de dicha posibilidad.
Estas declaraciones resultan totalmente contrarias a lo dispuesto en nuestra Constitución Política y evidencia que el presidente adolece de un desconocimiento absoluto de las obligaciones inherentes a su cargo, entre ellas, la de adoptar todas las medidas necesarias para la defensa de la integridad del territorio, el cual según el artículo 54 de nuestra Carta Magna, es inalienable e inviolable y comprende el suelo, subsuelo, el dominio marítimo y el espacio aéreo que los cubre.
Por otro lado, el Tratado de Rectificación de Fronteras, Tratado Polo-Bustamante, firmado entre Perú y Bolivia en 1909, define las fronteras entre ambos países y no puede ser sometido a consulta popular alguna. Así lo dispone el artículo 34 de nuestra Constitución, que señala que no pueden someterse a referéndum los tratados internacionales firmados por el Perú, por lo que lo que lo pretendido por el presidente Castillo es inviable.
El presidente ha dicho que no ha sido capacitado para el cargo, se encuentra aprendiendo y que el Perú es su escuela, lo que no es más que una excusa con la que pretende justificar cualquier acto o declaración futura que vaya en contra de nuestra Constitución y las obligaciones que le corresponden como primer mandatario. En buena cuenta, está poniendo el parche antes de que ocurra la herida.
Humildemente le aconsejo que en lugar de ‘‘poner parches’’ con el objeto de darse licencias para actuar fuera de la legalidad, empiece por leer la Constitución, rodearse de gente competente y abandonar ideas desfasadas que no han dado resultado y sobre lo cual existe abundante evidencia. Caso contrario, se tendrá que someter al escrutinio de la población y al juicio político de este Congreso que no permitirá que se atente contra nuestra soberanía y para lo cual, hará uso de los remedios constitucionales que la Constitución contempla, tales como la vacancia o la denuncia constitucional. El Perú no es un lugar donde se viene aprender, es un País donde existen muchas necesidades y carencias. El hambre no espera, la pobreza tampoco.