12 muertos, decenas de heridos y centenas de detenidos es lo que hasta el momento ha dejado como saldo la lamentable convulsión social que actualmente viven nuestros hermanos de Venezuela a raíz de los aciagos resultados de las elecciones presidenciales para ese país, que sospechosamente dan por ganador nuevamente al dictador Nicolás Maduro.
La oposición liderada por María Corina Machado, quien cedió su lugar como candidata presidencial a Edmundo González Urrutia, tenía la esperanza de por fin refundar Venezuela como un país libre y próspero. Sin embargo, la mala noticia llegó entre muchas acusaciones de evidente y grosero fraude.
Desde entonces, la Cancillería venezolana anunció la expulsión de los embajadores de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, países que alzaron una voz crítica respecto a los dudosos resultados del pasado 28 de julio.
Nuestro país ha roto, en consecuencia, relaciones diplomáticas con Venezuela, algo que perjudica a los propios venezolanos, pues va en contra de sus legítimos intereses de tener sus documentos y trámites en regla, aquí en nuestro país.
Mención enérgica merecen, de otro lado, los pronunciamientos de los congresistas Kelly Portalatino y Guillermo Bermejo, quienes hablan de una supuesta transparencia en las elecciones. Está clarísimo que no fueron a Venezuela a ser veedores, sino más bien a hacer de comparsa al régimen dictatorial de Maduro; han ido a ser cómplices de este fraude a gran escala que ha vivido Venezuela, han ido a dar fe de la desastrosa situación que se vive allá.
Por tanto, quiero desde este espacio pedir disculpas al pueblo de Venezuela, a los miles que viven en Perú y a otros tantos en los países vecinos. Estos congresistas son una minoría y no representan la opinión de la mayoría de congresistas y ciudadanos del Perú, que nos solidarizamos ante las inclemencias del régimen de Maduro. Entendemos plenamente y hacemos votos por la estabilidad civil y política de nuestros hermanos venezolanos en estos momentos.
En diciembre de 2022, los comunistas quisieron arrebatarnos nuestra democracia y repetir esa receta en nuestro país, pero ¡no se los permitimos! Todas las instituciones y los ciudadanos cerramos filas contra el golpismo. Por ello, tengo fe de que cuando un país está unido, solo es cuestión de tiempo para verlo florecer. Venezuela volverá a ser una nación próspera y libre, y sus verdugos deberán afrontar el más alto peso de la justicia.