Bicameralidad, una concluyente defensa

Se han tejido muchos mitos en torno a la bicameralidad recientemente aprobada por el Congreso. En estas líneas vamos a abordar algunos de ellos.

Primero, se ha dicho que la bicameralidad implicará más gasto. ¡Falso! La ley establece que “la implementación de las cámaras legislativas se financia con cargo al presupuesto institucional del Congreso de la República, sin que sobrepase el 0.6 % del Presupuesto General del República”. Esto quiere decir, que no se gastará ni un solo sol más de los peruanos. Segundo, se ha dicho que no hace falta la bicameralidad. ¡Falso! A nivel mundial, se recomienda que exista 100 parlamentarios por cada 150,000 habitantes. En el Perú existe un parlamentario por cada 250,000 habitantes. Chile, con 18 millones de habitantes cuenta con 155 diputados y 50 senadores es decir 205 parlamentarios en total; Argentina, con 45 millones de habitantes tiene 257 diputados y 72 senadores que hace un total de 329 parlamentarios; en Perú somos 33 millones de habitantes y solo 130 parlamentarios. En 1980, tuvimos 62 senadores y 180 diputados, un total de 242 parlamentarios ¡Cuando solo éramos 17 millones! Hoy somos 33 millones. ¡Casi el doble!

Tercero, se ha dicho que la población ya se expresó en referéndum y esa posición se mantiene ¡Falso! La Ley de Participación Ciudadana establece que después de 2 años de aprobada una reforma o una ley vía referéndum, esta puede ser modificada y puesta nuevamente a debatir. En 2018 se votó por el “no a la bicameralidad” pero no porque la población estaba en contra per se, sino que el señor Vizcarra –quien propuso la bicameralidad– rechazó la modificación que hiciera la Comisión de Constitución del Congreso de aquel tiempo. Y, por tanto, salió a nivel nacional a pedir el voto en contra de la bicameralidad.

Cuarto, se ha dicho que «Los Congresistas quieren reelegirse». ¡Falso! El votante es quien tiene el poder de elegir. Si un Congresista elegido lo representó bien, podrá reelegirlo; en caso contrario también podrá no reelegirlo jamás, pero no se puede restringir este derecho. Quinto, se ha dicho “Los Congresistas quieren más poder”. ¡Falso! La bicameralidad, al contrario, traerá la garantía de la separación de poderes. Ej.: Con un Congreso unicameral, el presidente puede disolverlo y gobernar él solo, hasta que se elija a otro Congreso. Con la bicameralidad esto no ocurriría pues el presidente puede disolver la Cámara de Diputados, mas no la de Senadores.

Sabemos que la bicameralidad no cambiará todo porque confluyen otros factores como el filtro en los partidos políticos, y un voto fundado en la información más que por emoción; pero podemos ir progresando en aprender a votar no solo por protesta, sino sobre todo con la esperanza de estar bien representados.

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Columnista - Autor
Alejandro Muñante Barrios

Congresista de la República. Defensor a ultranza de la vida, la familia, la patria y la libertad. Somos #BancadaCeleste

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